La noticia que la empresa de Elon Musk reveló a finales de enero de haber implantado un chip en el cerebro de un humano me genera cierta inquietud, considerando los procesos que un dispositivo debe superar para llegar al mercado, cuando se llega a la fase de prueba en humanos está bastante avanzada el producto y con una gran posibilidad de salir al mercado en pocos años.
La finalidad del dispositivo desarrollado por la empresa Neuralink, llamado "Telepatía", tiene como objetivo que, con solo pensar en una actividad, esta se pueda realizar sin utilizar los músculos de la persona. Desde tareas simples como llamar por teléfono o usar una computadora, hasta practicar deportes. Sin duda, es un gran beneficio para pacientes que han sufrido un accidente y tienen secuelas, así como para pacientes con enfermedades neurodegenerativas. El mecanismo por el cual actúa este sistema es mediante un chip con filamentos conectados al cerebro, permitiendo que la persona realice la acción solo con pensar en ella.
La medicina ha experimentado una evolución notable en los últimos años; sin embargo, desde mi perspectiva como doctora inmersa en el tema de la innovación, ante todo, pongo en primer plano mis valores y la ética profesional. Esto me hace reflexionar sobre las posibles consecuencias negativas que esto puede acarrear. Recientemente, fuimos invitados a un panel en la Cámara de Diputados donde se discutió sobre los "neuroderechos". Debo confesar que es la primera vez que escucho este término, y para mi sorpresa, entendí que en algunos países de Europa estas leyes relacionadas con lo que pensamos ya están en vigor. Mi pregunta es: ¿Hasta qué punto nuestros
pensamientos serán públicos? Al responder a esto, veo el nicho de oportunidad que las empresas tendrán para desarrollar nuevos productos, pero me preocupa que nuestros pensamientos no sean íntimos y puedan ser utilizados de alguna manera que afecte gravemente nuestro entorno.
También me pregunto: ¿Quiénes son los especialistas para aprobar esto y bajo qué comité de ética?
En conclusión, creo que la humanidad no está preparada en absoluto para el desarrollo de estos dispositivos, especialmente en un mundo donde la gente está obsesionada con el poder y el dinero, sin entender que esto traerá consecuencias fatales a nuestro mundo.
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